Antonio Esteva BIO

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La voz del fútbol en Atresmedia lleva ligado a las retransmisiones deportivas desde siempre. La Champions League, La Liga más vista en abierto en España, Mundiales de fútbol, Copa del Rey, Copa de la UEFA, Copa de Inglaterra, Liga Adelante, Mundiales sub20, sub 17, Eurocopas Sub 19, Sub 17... Mundiales de Baloncesto, Eurobaskets, Masters de Tenis, el motor de la GP2 o la F1 del Aire son solo algunos de los principales eventos deportivos a los que Esteva ha puesto voz, cara y dirección en sus casi 20 años de carrera profesional. Se considera un loco de la comunicación y el deporte. También ha trabajado TVE (presentador de informativos del canal 24 horas), colaborador de la revista oficial de la NBA y en medios como Cadena SER (ha formado parte de ‘Carrusel deportivo’), Real Madrid TV, laSexta (presentador de laSexta Deportes desde su inicio y de ‘Minuto y resultado’) y ahora en Atresmedia como presentador de informativos y programas, reportero y narrador de un sinfín de partidos. Es colaborador habitual de RadioMarca y Onda Cero.

viernes, 25 de septiembre de 2015

TODOS LOS HOMBRES DEL DISIDENTE

Fuente www.bienvenidosasucasa.blogspot.com

Nunca fue un sillón cómodo. Ni siquiera para Johan Cruyff. Al flaco le sobraba sitio en el butacón frío e incómodo, casi hundido bajo la espesa hierba del Camp Nou. El holandés volador apenas se posaba en él. No necesitaba comodidades porque Johan jamás dejó de ser futbolista…Ni siquiera cuando tuvo que cambiar los chupachups por el paquete de cigarrillos.
Demasiados goles. Algunos errores y primeras críticas. Es el momento de otro residente de carácter en uno de los rincones más deseados pero más señalados al mismo tiempo: el banquillo del Estadi. Es la Hora Luis Enrique.

Entrar al trapo jamás fue un problema para el asturiano. En el ruedo de la prensa se maneja como lo hacía con los rivales en el rectángulo: A flor de piel. Siempre pegado. Roce puro y distancia solo para volver a embestir.
En su primer proyecto en la élite, como allenatore de la Roma, mantuvo un pulso con los medios. No solo fue por Francesco Totti...Como tampoco sucedió por el Caso Messi ya en Can Barça casi a estas alturas el curso pasado. En ambos casos, había algo más subyacente, más allá del principio de autoridad con los capos del vestuario: Totti-Messi. Se trataba de demostrar su valor como técnico en dos clubes de prestigio como Roma y Barcelona. No le falta razón, su razón, cuando hace días exclamó, siempre a medio camino entre el impulso y la ironía: “pero si me querías matar el año pasado a estas alturas!!”. En principio se está juzgando el juego de su equipo. Pero en realidad parece que también se examina su incidencia en el estilo-juego-éxito de este Barça del triplete, y que por ahora no aparece. Lucho, se defiende cuando compara este arranque con el del año pasado, con el de un equipo que culminó de manera magistral su temporada debut. Su Barça…en ambos casos. En los dos polos. En aquel Anoeta y este Balaídos. Y también en aquella Final de Champions del Olímpico de Berlín. Es el banquillo a quien se señala. Siempre. Es ese banquillo, tal vez hoy más que nunca, la razón del cambio.

Los hombres del míster

Sin Zubi, y a la espera del éxito total que aparecía en el horizonte, Luis Enrique demoró a conciencia su Ok a la renovación por el Club. Con el Triplete no solo ganaba la batalla mediática, también obtenía un mayor poder de decisión en el diseño de la plantilla. Solo así se explica la salida del Pedro El Grande para el mayor protagonismo de su apuesta, de Rafinha como alternativa a los intocables Messi, Neymar, Luis Suárez arriba. Iniesta apenas entra en la ecuación del tridente porque sin Xavi, Andrés es el organizador de todo, el hacedor-dominador de aquello que pasa en esa Zona Caliente, cerca de la frontal del área, tan suya, a veces a la espera del genio omnipresente Leo Messi.

Fondo de armario Vs Profundidad de banquillo

Conceptos diferentes para definir aspectos esenciales en equipos que aspiran a todo.
Desde siempre en baloncesto se ha hablado de profundidad de banquillo: Esa segunda unidad de jugadores, los menos habituales. Aquellos que son empleados por lesiones, sanciones o para descanso a los titulares de un plantel. Hablamos de un deporte, el basket, acostumbrado a jugar muchos partidos en un corto espacio de tiempo, con cambios ilimitados durante un encuentro. El deportista de vestuario sabe de su rol para el equipo en todo momento y su pelea reside en cambiarlo durante el curso, con el paso de los minutos disputados, de las oportunidades concedidas. El fútbol está entrando en esa dinámica de frenética acción-competición semanal en un calendario coagulado al máximo. Por eso los diseñadores de plantillas de equipos como Barça o Real Madrid calibran este aspecto: lo llaman rotaciones. Pero no siempre salen como se dibujan en la pizarra. La baja de larga duración de Rafinha, justo en Roma, al alza, en su momento cambio de rol en el equipo con la salida de Pedro y sobretodo la confianza del Lucho, destroza ilusiones y planes individuales y colectivos casi a partes iguales. Porque ahora viene aquello que en su día llamamos Fondo de armario: concepto del mundo de la moda que significa tener prendas básicas pero a la altura de cada ocasión: un smoking, camisa blanca, camiseta negra, unos jeans, una blazer, etc, etc…Traducido al fútbol actual: un portero que realice paradas ganadoras, un jugador de último pase, un extremo que rompa en el 1x1, un central especialista en el juego aéreo, un killer del área…Y todo esto se refleja, aunque ahora no lo veamos tan nítido, en la plantilla de cualquier gran equipo. Aquello de plantilla “coja o descompensada”. Está por ver porque la competición es larga y el tiempo el mejor de los jueces. Hablemos en este caso de la del FC Barcelona: Con los laterales rotos desde el verano, apareció el experimento Sergi Roberto al lateral derecho obra del tándem Luis Enrique-Unzué. Pero es otra lesión, la de Claudio Bravo, el arquero de la Liga, la que ha puesto en el punto de mira la confección del traje Barça 2015-2016. Por tanto gol encajado en el arranque se mira el descosido atrás y a Ter Stegen. El alemán es un excelente portero con el balón al pie. Saca medido, fundamental en el fútbol de hoy para ganar líneas sin arriesgar la posesión en campo propio, juega adelantado y por tanto libera de  metros de cobertura a los centrales como Piqué que suma uno más en la media para tocarla y jugar a 10, 20 o 40 metros, y está en permanente conexión con el juego-rondo que practica el Barça. Pero alguien que conoce muy de cerca el fútbol del hoy me anticipó hace tiempo que Stegen no era un cancerbero que destacase especialmente por paradas que pudieran decidir campeonatos. Ya saben que las áreas deciden los títulos… Ante Iago Aspas no pudo sacar ningún mano a mano. Es decir: si a su defensa adelantada le ganan la espalda por velocidad será difícil que el muro aguante en pie. No todo es suyo. El pasador del rival debe sentirse vigilado, estar  presionado para evitar un envío certero al hueco para dañar la defensa culé, y no hablemos de evitar pérdidas suicidas en la salida de balón en campo propio. Curiosamente una de las mejores armas del equipo de Luis Enrique cuando es él quien provoca ese error a su rival cuando va a cazarlo muy arriba en la presión. Las dudas aparecen por los resultados. Pero es cierto que el nivel de juego del equipo no aparenta la misma consistencia del pasado año. Muchas lesiones, no poder inscribir fichajes y el nivel defensivo que lo sostuvo para que Los Tres Tenores ganasen partidos para el resto. Pueden volver en cualquier momento y la Champions en el Camp Nou es el mejor escenario posible. Enfrente aparece un Bayer Leverkusen, quien a pesar de las salidas de este verano, conserva exquisitos y mordaces lanzadores de balón al espacio como el turco Hakan Çalhanoglu. A balón parado de los mejores del momento en toda Europa y con pelota corrida fiable al máximo para los suyos. Necesitará de contenedores como Lars Bender en el centro  y oportunistas audaces como Chicharito Hernández o incluso Bellarabi para sobrevivir este martes a las ganas de revancha de un Barcelona herido.  

Luis Enrique, el disidente por definición, el hombre que jugó y entrenó como sintió que debía hacerlo allá donde estuvo y pesase a quien le pesase, mira ahora a su banquillo en busca de respuestas y ve la mayor de las pruebas a una cantera prolífica pero lejos hoy de los Iniesta, Xavi o Messi que tanto fabricaron para cambiar el rumbo de este club en la última década.

Messi sigue siendo la llave maestra, y los resultados la mejor de las coartadas para continuar con un proyecto que continúa en marcha, que viene de ganar y mucho, pero ahora todos miran al entrenador-portavoz de la gran nave azulgrana en busca de la reacción desde el banquillo. El que hoy lo encierra, el que, hace solo meses, lo manteaba sin límites.