Antonio Esteva BIO

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La voz del fútbol en Atresmedia lleva ligado a las retransmisiones deportivas desde siempre. La Champions League, La Liga más vista en abierto en España, Mundiales de fútbol, Copa del Rey, Copa de la UEFA, Copa de Inglaterra, Liga Adelante, Mundiales sub20, sub 17, Eurocopas Sub 19, Sub 17... Mundiales de Baloncesto, Eurobaskets, Masters de Tenis, el motor de la GP2 o la F1 del Aire son solo algunos de los principales eventos deportivos a los que Esteva ha puesto voz, cara y dirección en sus casi 20 años de carrera profesional. Se considera un loco de la comunicación y el deporte. También ha trabajado TVE (presentador de informativos del canal 24 horas), colaborador de la revista oficial de la NBA y en medios como Cadena SER (ha formado parte de ‘Carrusel deportivo’), Real Madrid TV, laSexta (presentador de laSexta Deportes desde su inicio y de ‘Minuto y resultado’) y ahora en Atresmedia como presentador de informativos y programas, reportero y narrador de un sinfín de partidos. Es colaborador habitual de RadioMarca y Onda Cero.

sábado, 9 de enero de 2016

Y ENTONCES. SÓLO ENTONCES...

ZINEDINE YAZID ZIDANE por @adacastaneda73


Pocas veces reconoces estar ante él, en sus manos. En ocasiones llama a la puerta. Puede que simplemente irrumpa…tirándola abajo. Es él. Y aquella agitada y húmeda noche de Mayo sucedió.

En ese mismo lugar todavía quedan las huellas. Los ecos de la mejor de todas las finales de la Copa de Europa. Cuatro cambiantes décadas que sirven de recordatorio más que de recuerdo. Algo por lo que reconocer y amar la belleza de lo que llamamos fútbol pero que, seguramente, trascienda más allá.
Aquella final del 60 se ha emitido por la cadena BBC cada Navidad desde entonces. Dos equipos sin ataduras volaron para alcanzar un cifra tan redonda como desigual: 10 goles. El 7-3 del Madrid de Di Stéfano y Puskas al Eintratch de Frankfurt. Lo llamaron El Mejor Partido de Todos los Tiempos…

El tiempo quiso que casi medio siglo después, y en el mismo Hampden Park,  el Madrid se midiese otra vez frente al espejo alemán. El sinónimo y el reflejo del poderío y la tenacidad sin reservas.

Con el partido camino a la prórroga, la incómoda trinchera donde caer o mantenerse todavía con vida en el campo de batalla, llegó Él. Un gol que decide quién es el ganador del último duelo. Vencer es la consecuencia pero, la realidad de ese momento, nos cuenta mucho mas: Un balón al aire, impulsado desde el cañón de Roberto Carlos, como una moneda…justo al corazón del área…Tardó en caer casi tres interminables segundos. Y allí, a su encuentro, bajo la fina lluvia de Glasgow, una estatua perfecta con el rictus de una esfinge, la zurda de un diestro convertida en latigazo imposible hacia el portal alemán…
La volea de Zidane es una resplandeciente dosis de inspiración y osadía a la física. Pero es, sobre todo lo demás, el shock. Un parpadeo que nos sacude a todos antes de llegar a comprender ese presente que ya es historia…
Nadie esperaba tal culminación. Quizá solo Yazid, en casa siempre llamaron a Zidane por su segundo nombre, creyó en ella con la fe de ese niño que aún llevaba dentro. Que siempre lo impelía. Con la determinación de quien aprendió en la calle. A sobrevivir. A destacar por ofrecer algo distinto. Y así celebró Zizou el Mejor Gol de una Final de Champions: con un “toma!” mientras correteaba sin rumbo fijo con su tímida sonrisa. Era más que nunca Yazid, el pequeño de aquellos patios prohibidos, furtivos de La Castellane: Un reducto, casi un agujero, en la Marsella más marginal. La Ciudad sin nombre para quienes la repudiaban en Francia…la Ciudad que da nombre al Himno Nacional del País de la Égalité. El talento nos hace libres. Y ese talento, como el corazón o el alma, no entiende de fronteras o de colores.

Con tal mezcla asistimos al final de un guión inimaginable, “casualmente” una noche de Mayo, con el ocaso de la Primavera. Una crónica escrita en vivo basada en un solo instante: Un golpe mágico, armonioso, certero.
El antes y el después solo lo custodiaban. Fue el entonces, el durante…Delante de mis ojos…Fue Fútbol: La Vida en 90 minutos.