El Defecto y la Virtud deciden el resto, casi todo lo que pasa en el cara a cara. Pero la mayoría cree que solo hay un camino. Un imperio capaz de borrar las huellas de ese combate. El mayor telón jamás visto sobre un escenario. El cierre, el fin de obra y hasta la cortina que lo oculta todo:
El Resultado. Ese día que jamás esperas.
La Fe. Creer para ver. Una inversión a tientas con una máxima: No rendirse jamás. Entregarlo todo a cambio de un deseo. Dicen que su victoria es doble: No hay rival que pueda abatirla, ni siquiera tu yo interno.
Celtic y Barça: Adivinen quien creyó más en sí mismo. Es un imposible. Van de la mano pero desde polos opuestos. A los dos les separa un mundo, una dicotomía que sepulta ideas, sueños y estilos. Una dualidad que se apodera de la memoria y los títulos. Y nadie está a salvo. Ni siquiera el FC Barcelona.
A menudo lo defienden y lo justifican con porcentajes y variables: la posesión, las jugadas de ataque, los pases acertados... Posiblemente la peor definición para el equipo de Tito porque en la guerra de números, el Rey es el Resultado. Las palabras traducen ideas. Las cifras los esfuerzos y ambos corrieron por igual. Pero quien mide los sentimientos? Cuanto vale La Fe, el Orgullo, la Ambición...en el balance definitivo?
El Resultado es la religión con más fieles del Fútbol. Son tan creyentes que en su Libro Sagrado no se habla de Fe. No importa el Cómo, solo el Qué pasó al Final. Y será lo único que recuerden. Así contarán la historia para olvidar todo lo demás. No verán jamás que en los tres goles se repitieron, como la secuencia más macabra y matématica de este juego, virtudes y defectos, aciertos y fallos.... Y seguirán aferrados a esa fórmula simple: 2-1 y 3 puntos.
Celtic y Barça: Adivinen quien creyó más en sí mismo. Es un imposible. Van de la mano pero desde polos opuestos. A los dos les separa un mundo, una dicotomía que sepulta ideas, sueños y estilos. Una dualidad que se apodera de la memoria y los títulos. Y nadie está a salvo. Ni siquiera el FC Barcelona.
A menudo lo defienden y lo justifican con porcentajes y variables: la posesión, las jugadas de ataque, los pases acertados... Posiblemente la peor definición para el equipo de Tito porque en la guerra de números, el Rey es el Resultado. Las palabras traducen ideas. Las cifras los esfuerzos y ambos corrieron por igual. Pero quien mide los sentimientos? Cuanto vale La Fe, el Orgullo, la Ambición...en el balance definitivo?
El Resultado es la religión con más fieles del Fútbol. Son tan creyentes que en su Libro Sagrado no se habla de Fe. No importa el Cómo, solo el Qué pasó al Final. Y será lo único que recuerden. Así contarán la historia para olvidar todo lo demás. No verán jamás que en los tres goles se repitieron, como la secuencia más macabra y matématica de este juego, virtudes y defectos, aciertos y fallos.... Y seguirán aferrados a esa fórmula simple: 2-1 y 3 puntos.
Hay partidos donde el Barcelona tiene falta de un plan B, pero el de ayer no lo fue. Tanto disparo al palo y tanta ocasión manifiesta salvada por un portero inspirado hacen que no se le pueda reprochar demasiado.
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